Capítulo cuatro: El lobo de ojos rojos

Bueno , bueno, este lo he dejado interesante!! espero que os guste como los otros!! besitos y que disfrutéis mientras leáis que de eso se trata todo esto. Muac Muac.

Jenna y anubis llegaron al campamento, Anubis volvió a su forma humana y no parecía exhausto que ha diferencia de Jenna le faltaba el aire. Se sentía muy débil como hubiera perdido toda su fuerza de golpe. Jenna divisó a lo lejos a Seth, estaba de espaldas a ella. Su primer deseo era dirigirse a él y mirarle a la cara y entonces así el podría explicarle la verdad y la dejaría libre de irse a casa. Seth era el único en quien realmente confiaba, aunque no lo estuviera del todo, la había tratado con tanta paciencia que ni ella podía creer que existiera una persona así,  ¿quién sino el más indicado para confiar? Se dijo Jenna. No hizo mucha falta acercarse a él ya que el mismo se dirigió a ella, pero no solo,  el viejo que hablaba con él también le siguió unos pasos por  detrás con un gran  cayado más alto que él.  Lo primero en lo que pensó Jenna  era que era algún tipo de hechicero o sabio, y no se equivocó cuando llegó la miro de pies a cabeza y pronunció unas palabras que ella no pudo descifrar en ese momento pero que algún día tal vez lo hiciera. <<Porth di fraia >>

---Hermanito, ¿lo has conseguido?---Dijo Anubis dirigiéndose a su hermano.

---No me tomes por un tonto, claro que lo he conseguido.---Le dijo con el ceño fruncido. ---Hola, Jenna.---Dijo esta vez mirando a Jenna por el rabillo del ojo.---Este es Darius el más viejo de nuestro clan.

Jenna se quedó mirándolo porque no podía creérselo, Seth parecía mucho más maduro y serio que la última vez que lo vio alejándose .

---Hola, consiguió decir en un susurro.

Seth se fijó más en ella hasta que la vio por completo cuando giró su cabeza y no sus ojos.

---Jenna... estás sangrando.Dijo al ver el hilo de sangre que brotaba de su tobillo.

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Una mancha negra  se movió entre la oscuridad de la penumbra por la habitación del castillo. Estaba mugriento y asqueroso lleno de una manta de polvo y telarañas por sitios recónditos.  Podía apreciarse la silueta de aquella mancha gracias al pequeño resplandor de una vela. La mancha llegó hasta llegar muy cerca de una de las mesas de allí.Empezó a moverse con grandes sacudidas formando bultos en el aire hasta que fue cogiendo forma de una bella joven vestida de negro.

--- ¿Y así se supone que es la portadora de la Luna?,vaya engaño. ---Dijo con una risa poco divertida.---Ven aquí Zetús, sé que eres el más indicado para esta misión.

Un gran lobo dio varios pasos hasta que sus ojos brillaron de un rojo intenso por culpa de la luz brillante de la vela.

---Por supuesto, Madame Clove.---Respondió con una voz grave.

---Muchos de los vuestros han fracasado obteniendo el colgante incorrecto. Me fió de ti.. Sólo tendrás hasta el amanecer del sexto día para traerme lo que es mío, si no lo consigues... tendré que ser yo la que lo consiga por las malas.